Donas o Mouras: mujeres muy bellas que viven en las fuentes o en las ruinas de los antiguos pazos o castros celtas. Acostumbran a llevar largos vestidos de color blanco y sus cabellos son rubios, con la tez muy blanca y los ojos azules (rasgos nórdicos). Suelen aparecerse al lado de fuentes o corrientes de agua, peinándose con un peine de oro y en actitud de espera.
Mouros: seres de gran tamaño que poseen gran fuerza. Viven bajo tierra (si golpean el suelo con un pie, la tierra se abre) en suntuosos palacios y que atesoran grandes riquezas. En todas las zonas de Galicia existen historias de grandes tesoros enterrados, normalmente cerca de un castro o una mámoa (monumento funerario celta).
Meigas: Son las figuras más arraigadas en las creencias del rural gallego y su principal función es “enmeigar”, hacer sufrir y provocar el mal en personas y animales. Se cree que la meiga tiene la potestad de dominar a las personas, hacerlas enfermar e incluso llevarlas a la locura; también pueden destruir el fruto en los campos o la pesca.
Bruxas: Debido a que la traducción al castellano tanto de “meiga” como de “bruxa” es bruja, se tiende a pensar que las 2 acepciones son lo mismo; pero nada más lejos de la realidad, ya que son extremos casi opuestos. Una bruxa es a quién acudirás si estas enmeigado y ella sabrá el remedio para poder contrarrestarlo a base de conjuros, pócimas e invocaciones a poderes ocultos. Una bruxa siempre es una portadora del bien, aunque posee los conocimientos para poder hacer el mal.
Fuente: caminosarriasantiago.com
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