Trasnos: traviesos duendes nocturnos que se dedican a esconder cosas y revolver en las casas. Son de pequeño tamaño y con barba larga, pueden llevar sotana, un gorro rojo o cuernos. Para tenerlos entretenidos y que no enreden en vuestras cosas durante la noche, lo mejor es esparcir granos de cereales (trigo, maíz, cebada, etc.) alrededor de donde vais a dormir, ya que no son muy listos y pasarán toda la noche tratando de recogerlos y contándolos (como sólo saben contar hasta 3 o 5, según las zonas, se perderán y pasarán la noche entretenidos o se irán enfadados).
Tardos: se parecen a los trasnos, pero más malévolos. Se suelen representar como seres de pequeño tamaño, con muchos dientes y peludos, de color verde y con barba; visten ropa vieja y suelen llevar un gorro rojo y una pequeña espada. Se sientan en el pecho de personas que están dormidas y les provocan terribles pesadillas y fuertes dolores en el estómago y en el pecho.
Diaños: pequeños demonios o duendes burlones que se dedican a asustar a los caminantes o a desorientarlos en su camino. Pueden crear fenómenos como sonidos y luces misteriosas para atemorizar al peregrino.
Serpe: serpiente alada, con el cuerpo recubierto de escamas y los ojos color rojo fuego. Su principal cometido suele ser el de vigilar un tesoro. Suelen vivir en cuevas, bosques frondosos y cerca de fuentes o corrientes de agua y se alimenta de seres humanos, tanto vivos como muertos. Su único punto débil es la garganta. Si escuchas un terrible silbido, escóndete lo más rápido posible y piensa que cerca debe de haber un gran tesoro.
Olláparos: especie de cíclopes que viven sobre todo en las montañas de Lugo y se alimentan de carne humana, lo que más les gustan son los niños.
Fuente: caminosarriasantiago.com
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